En la carretera de Tizzano, este corto paseo le llevará directamente al yacimiento de Ariddavu, donde podrá contemplar las ruinas de todo un pueblo del siglo XIX, con casas, hornos y mucho más. Aquí darás un paseo por la historia
🌿 Por el camino, disfrutarás de un fragante paseo en el corazón de una naturaleza salvaje donde el matorral es denso. 🌿 Asciende en suave pendiente, formando numerosas curvas y atravesando un pequeño bosque sombreado de matorral de encina (o coscoja).
🥾 30 minutos a pie.
Llegarás a un bonito muro de piedra, a lo largo del cual discurre un camino empedrado. La primera casa del pueblo está justo al otro lado. Un panel informativo cuenta la historia del pueblo abandonado.
Se regresa por el mismo camino.
Para más información, visite el sitio web de las autoridades locales: https: //www.rando-patrimoine.corsica/Ariddavu_a297.html?preview=1
La Oficina de Turismo no se hace responsable de los accidentes que puedan producirse durante el recorrido.
- Información práctica
↔️ Distancia: 2 km ida y vuelta
🕙 Tiempo estimado: 1h ida y vuelta
Dificultad: fácil 🟢🟢🟢🟢🟢
Color de señalización: 🟨 amarillo
Punto más alto: 272 m
- Acceda a
🏴 Desde Sartène, tomar la T40 en dirección a Bonifacio. Después de poco más de 1,5 km, gire a la derecha por la D48 hacia Bocca Albitrina y Tizzano, y siga esta carretera durante 5 km. Aparque el coche al borde de la carretera, en la curva a la derecha.
- Un poco de historia
La aldea abandonada de Arìddavu se construyó sobre un yacimiento arqueológico en el emplazamiento de un poblado prehistórico, cuyos cimientos aún pueden verse.
Las laderas que rodean esta zona llana contienen numerosos abrigos rocosos y restos de fortificaciones de la Edad de Bronce. El caserío actual sólo data del siglo XIX.
Según la tradición oral, fue fundado por la familia Mari. En 1870, el catastro registraba 13 edificios y dos hornos de pan. A principios del siglo XX, la escuela acogía a más de cincuenta alumnos, principalmente hijos de pastores de los alrededores. En Arìddavu no había iglesia ni cementerio.
Los muertos eran transportados a lomos de hombres en la bara (tabla mortuoria) hasta Ghjunchetu para ser enterrados.
La apertura de la carretera por debajo del pueblo interrumpió las antiguas rutas y creó nuevas necesidades.
Además, no había ningún manantial cercano. Las mujeres iban a buscar agua a Santu Pultru. Arìddavu se fue quedando desierta en los albores de la II Guerra Mundial. En 1936, el maestro de escuela, que era el único residente en aquel momento, abandonó el pueblo para siempre.