Cuando la naturaleza se engalana con sus más bellas bazas, asombrosas rocas de originales formas ofrecen impresionantes panoramas. De hecho, a medio camino entre Sartène y Bonifacio, le aguarda una encantadora sorpresa. En primer lugar, la legendaria, famosa y emblemática roca del León de Roccapina emerge de las montañas corsas, un lugar cargado de historia.
Protegiendo el lugar, ha permanecido en estado natural durante milenios y vigila el horizonte, ¡así como las posibles invasiones que pudieran haber surgido del mar! Justo al lado se encuentra su torre genovesa, un edificio construido sobre un espolón rocoso para defenderse de los ataques bárbaros. Este animal esculpido no es otro que el resultado de la erosión entre el sol cristalizando la sal, el viento arrastrando el rocío marino y la lluvia. A este fenómeno se le llama «I taffoni«.



