Situado a 450 m de altitud, Sollacaro domina el valle del Taravo, a medio camino entre Petreto-Bicchisano y Porto Pollo. Desarrollado a partir del siglo XV por los señores de Istria, el pueblo presenta torres acompañadas de un conjunto de casas bajas.
Pasee primero por estas típicas callejuelas salpicadas de pasadizos abovedados y observe las hermosas fachadas antiguas que dan un carácter inconfundible a este urbanismo. Después, en una de las calles de este casco antiguo, una residencia llamará sin duda su atención: «U palazzu». Este enorme palacio de tres plantas data en parte del siglo XVIII, pero su base es aparentemente más antigua. Pero el pueblo en sí merece la pena: su iglesia barroca, sus fuentes antiguas, su reloj de sol y el alma de sus orgullosos habitantes lo convierten en un lugar animado y acogedor para visitar.
Y no hay que perderse: la iglesia de Santa Maria Annunziata, con su fina cantería y sus curiosas columnas situadas bajo un frontón triangular. El campanario, también de piedra, tiene forma piramidal.
La iglesia de Santa Maria Annunziata también merece una visita.