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SollacaroHistoria y arqueología de Córcega

Sollacaro Calvese

Sollacaro está encaramado en el valle del Taravo, rodeado de exuberantes montañas verdes. Pasee a la sombra de los plátanos. Típicamente corso, con sus casas de granito aferradas a la ladera y sus callejuelas estrechas, Sollacaro atrae a los viajeros en busca de autenticidad, panoramas espectaculares y cultura isleña. A pocos kilómetros de las playas de Porto Pollo o Propriano, ofrece un equilibrio perfecto entre naturaleza salvaje y patrimonio preservado. Este municipio es típico, auténtico e histórico, gracias al famoso yacimiento prehistórico de Filitosa. Un patrimonio corso que no debe perderse

Cómo llegar

Un pueblo corso

entre historia, naturaleza y un patrimonio milenario

Situado a 450 m de altitud, Sollacaro domina el valle del Taravo, a medio camino entre Petreto-Bicchisano y Porto Pollo. Desarrollado a partir del siglo XV por los señores de Istria, el pueblo presenta torres acompañadas de un conjunto de casas bajas.

Pasee primero por estas típicas callejuelas salpicadas de pasadizos abovedados y observe las hermosas fachadas antiguas que dan un carácter inconfundible a este urbanismo. Después, en una de las calles de este casco antiguo, una residencia llamará sin duda su atención: «U palazzu». Este enorme palacio de tres plantas data en parte del siglo XVIII, pero su base es aparentemente más antigua. Pero el pueblo en sí merece la pena: su iglesia barroca, sus fuentes antiguas, su reloj de sol y el alma de sus orgullosos habitantes lo convierten en un lugar animado y acogedor para visitar.

Y no hay que perderse: la iglesia de Santa Maria Annunziata, con su fina cantería y sus curiosas columnas situadas bajo un frontón triangular. El campanario, también de piedra, tiene forma piramidal.

La iglesia de Santa Maria Annunziata también merece una visita.

La aldea de Calvese

Situada bajo Sollacaro, la aldea de Calvese pasó a formar parte de esta última en 1853. Las casas, la mayoría del siglo XVIII, son muy atractivas. Una de ellas, probablemente una torra, se considera una de las más antiguas del pueblo. Una inscripción en números romanos en un dintel indica la fecha de 1530. Esta casa se encuentra en el barrio bajo conocido como Pastini. El acceso al barrio alto (barrio Farelacci) se realiza por una callejuela en pendiente bordeada de jardines.

La iglesia de Sant’Alparti, de estilo barroco, data del siglo XVI pero fue ampliada en el siglo XIX.

Primero, continuando por la D 302, más arriba, que conduce a Pila Canale, el puente Calzola puede ser objeto de un hermoso paseo. Este puente en forma de S, mencionado por Mérimée en 1839 en sus Notes d’un voyage en Corse, cruza el Taravo a través de 5 arcos. Un mapa genovés de 1613 ya indica su existencia.

¡Un campo de megalitos para visitar!

Filitosa

Sollacaro es mundialmente famoso por su cercano yacimiento arqueológico de Filitosa, clasificado como uno de los más importantes de Europa. Este misterioso sitio, con sus estatuas-menhires y restos megalíticos, traza más de 8.000 años de historia humana en Córcega.

Perciba los misterios de las piedras erguidas gracias a los famosos campos de megalitos del sitio de Filitosa. Para admirar a la luz rasante de la mañana o a última hora de la tarde. Menhires con rostros humanos se alzan ante usted. Se trata de una de las concentraciones de piedras erguidas más extraordinarias de Córcega. A través de sus preciosos vestigios, este yacimiento ofrece una síntesis de la historia de Córcega.

Una feria rural corsa

La tierra sagrada de Taravo

Si visita Corse-du-Sud en agosto, no se pierda uno de los acontecimientos más emblemáticos de la región: la Feria de Filitosa. Organizada cada año en el recinto del mundialmente famoso yacimiento prehistórico, esta feria es mucho más que un simple mercado: es una animada celebración de la artesanía, los sabores y las tradiciones corsas.

Durante varios días, la Feria de Filitosa reúne a decenas de expositores procedentes de toda Córcega. In situ, podrá hablar directamente con artesanos apasionados, descubrir productos locales (charcutería, quesos, miel, mermeladas, aceites esenciales, vinos, etc.), admirar objetos hechos a mano (cuchillos, cerámica, joyas, creaciones en madera o cuero) y apreciar el saber hacer isleño transmitido de generación en generación.

Entre demostraciones artesanales, degustaciones, conciertos de música tradicional corsa, cantos polifónicos y animaciones para grandes y pequeños, esta feria es una inmersión total en la cultura local. El marco es único: a los pies del yacimiento prehistórico de Filitosa, rodeado de olivos centenarios y colinas onduladas, el recinto se transforma en un pueblo festivo, cálido y efímero.

Corcega.