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Costumbres y creencias corsas

Costumbres y creencias

Para descubrir de verdad un destino y vivir momentos únicos, hay que conocer a sus gentes y sus costumbres. Durante generaciones, hombres y mujeres han perpetuado estas costumbres y creencias, muy a menudo ligadas a supersticiones. Cada región ha conservado sus costumbres y tradiciones como tesoros. Permítanos hablarle de ellas. El Ochju (el mal de ojo) es una creencia muy arraigada en la isla. De hecho, para eliminar este maleficio se necesita un «signatore» que, tras verter aceite en el agua, realice oraciones. Este conocimiento se transmite oralmente en Nochebuena. En la mayoría de los casos, son los celos los causantes del mal de ojo. Existen varios amuletos de la buena suerte, como cuernos, coral y el ojo de Santa Lucía, para protegerse de los maleficios.

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El ojo de Santa Lucía

Es la tapa de una concha que puede recogerse en ciertas playas tras una fuerte tormenta. Según la leyenda, fue una joven de Siracusa quien, acusada por su prometido de ser demasiado piadoso (y de no ceder a sus exigencias), se arrancó los ojos y los arrojó al mar. La Virgen María le devolvió la vista en agradecimiento a su fe. Sainte Lucie es una parte muy importante de la cultura de la isla, con varios pueblos que llevan su nombre: Sainte Lucie de Tallano, Sainte Lucie de Porto-Vecchio… Supuesta protección contra la mala suerte, este sello se trabaja regularmente en Córcega. Materiales nobles como el oro, la plata y el coral rojo de Bonifacio combinan a la perfección con el ojo para hacer una pieza de joyería. Puede comprarlas en muchas joyerías de la isla.

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Corail en Córcega :

Entre la tradición, la artesanía y el patrimonio mediterráneo

Símbolo de protección, riqueza y relación con el mar, el coral rojo del Mediterráneo forma parte integrante de las costumbres y tradiciones corsas, sobre todo en las regiones costeras como el Taravo de Sartenais Valinco. Utilizado desde hace siglos en la artesanía, la joyería y las creencias populares, el coral es mucho más que un material precioso: es un fuerte elemento del patrimonio cultural y de la identidad de Córcega.

Pescado de forma tradicional en las costas corsas, en particular cerca de la región de Propriano, el coral rojo se asocia a menudo con objetos de protección, joyas transmitidas de generación en generación, e incluso prácticas religiosas y simbólicas. Su uso se remonta a la Antigüedad y aún hoy se encuentra en numerosas creaciones artesanales corsas.

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Las pequeñas cruces en las ramas

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Durante las celebraciones pascuales del Domingo de Ramos, muchos corsos bendicen sus pequeñas cruces. Es una tradición antigua y una de las más duraderas. Las «crucettes» se hacen con hojas de palmera de color amarillo pálido, símbolo de pureza. Se tejen y cuelgan de las ramas con ramas de olivo y se llevan en procesión. Desde muy pequeños, los cofrades transmiten este saber hacer a los niños enseñándoles a hacerlas. Luego se guardan en casa como amuletos de buena suerte hasta el año siguiente, bajo la protección de Dios. Es costumbre quemar los del año anterior el mismo domingo.

Tradición religiosa

En los pueblos de Sartenais Valinco Taravo, como en toda la isla, estas creencias siguen muy vivas: la protección contra el mal de ojo, la importancia de los nombres de pila, los gestos para alejar la desgracia, los amuletos de la suerte como el coral o la mano de Fatma, sin olvidar el papel esencial de las fiestas religiosas y las procesiones. Estas tradiciones conforman una identidad isleña única, que combina espiritualidad, respeto por los mayores y una profunda conexión con la naturaleza.